¿Cuál es el pueblo más navideño del mundo?

Se trata de Aciera, un diminuto pueblo de apenas 37 habitantes situado en el concejo de Quirós, que se ha ganado la fama los últimos años como uno de los lugares más navideños del mundo. De hecho, hay un cartel en el pueblo en el que se presume de ese título. Con muy pocas calles y un entorno de montaña mágico, Aciera se transforma cada mes de diciembre en un espectáculo de luz y color que nada tiene que envidiar a las grandes ciudades. El pueblo más navideño de Asturias se encuentra en Aciera - Quirós. Aciera se convierte en un oasis de luz y calidez durante la navidad. Los 16 vecinos de este encantador pueblo, visten sus hórreos y sus casas al detalle con luces y figuras, creando un ambiente muy acogedor y haciendo de Aciera un pueblo que parece sacado de un cuento de Navidad. Lo que lo hace especial a esta pequeña aldea no es solo su decoración, sino el esfuerzo colectivo de sus vecinos para mantener viva esta tradición que ilumina el invierno y atrae a visitantes de todas partes.

Entre los pueblos más navideños hay uno que se destaca particularmente por sobre los otros. Se trata de Vipiteno, una pequeña ciudad ubicada en la región italiana de Trentino-Adagio. La decoración de guirnaldas, luces y de mercados y actividades específicas navideñas convierten a Vipiteno en el lugar más hermoso para pasar esta época del año. El mercado de Navidad que ofrece esta ciudad comienza desde la temporada de Adviento hasta la finalización del período, es decir, desde finales de noviembre hasta principios de enero. Con sus mercados, la ciudad se vuelve un verdadero lugar de cuento de hadas, lleno de comida típica y actividades relacionadas con esta celebración. La ciudad de Vipiteno en Verano. Uno de los platos típicos que se come en Vipiteno es el Bergwerksgröstl, una preparación hecha a base de papas, carne y cebolla cocinadas a la sartén, que solían comer los mineros de la zona. Muchas personas también celebran con excursiones a las montañas nevadas, en donde las personas beben vino caliente en la procesión que organiza las autoridades de turismo local.

Pero si lo que realmente quieres es impregnarte del espíritu navideño, el destino perfecto no es ninguno de los pueblos de Asturias más célebres, sino una pequeña localidad situada al sur de la comunidad. En Aciera, una villa perteneciente al municipio de Quirós, la Navidad se vive de manera muy especial, y es que los pocos vecinos que viven en el núcleo de población lo transforman por completo, creando una estampa mágica. Aciera es una de las poblaciones que conforman el concejo de Quirós, y se encuentra muy cerca del embalse de Valdemurio. No llega a los 40 habitantes, pero a pesar de que los vecinos no destacan en cantidad, cuando llegan la Navidad ponen todos sus esfuerzos en engalanar las calles de la localidad con todo tipo de decoraciones, lo que le convierte en el 'pueblo más navideño del mundo', como se puede leer en algunos de los carteles que hay por la villa. Las casas y los tradicionales hórreos que hay en Aciera se iluminan con miles de luces, lo que crea un ambiente espectacular que no se puede ver en muchos otros lugares. Tal es el despliegue decorativo que se hace en esta población que en los últimos años miles de personas se han acercado para contemplar con sus propios ojos la maravilla navideña que es esta localidad, que parece sacada de una película.

La magia de la Navidad tiene un rincón muy especial en Asturias: la pequeña aldea de Aciera, ubicada en el concejo de Quirós. Con apenas 37 habitantes, este pintoresco pueblo ha logrado convertirse en uno de los destinos más encantadores para los amantes de la Navidad y el turismo rural. Cada diciembre, sus estrechas calles se transforman en un espectáculo de luces y decoraciones que atraen a miles de visitantes de toda España. Lo que distingue a Aciera no es únicamente su deslumbrante decoración, sino el espíritu comunitario que impulsa esta tradición. Cada uno de los vecinos participa activamente en la preparación, convirtiendo la decoración del pueblo en una labor artesanal y colaborativa. Lejos de depender de grandes patrocinios o empresas, la Navidad en Aciera es un homenaje a las raíces y al trabajo en equipo. Gracias a esta iniciativa, el año pasado el pueblo recibió a miles de turistas que quedaron maravillados con su autenticidad y belleza.

Rovaniemi, en Finlandia, en Laponia, es la ciudad natal de Santa Claus y en los días previos a Navidad se puede visitar su aldea, entregar la carta a sus empleados más fieles y cercanos… y por supuesto disfrutar de alguna que otra aurora boreal, que también es su tiempo. Estrasburgo está considerada como la capital de la Navidad: su mercadillo es de los más antiguos de Europa y es que ya funcionaba allá por el S.XVI. Es la ciudad ideal para vivir un auténtico cuento de Navidad con niños (o sin ellos).

Colmar es uno de los destinos obligados de Europa para aquellos que busquen localidades de cuento. En Navidad su belleza todavía es mayor. Todo se llena de luces, se montan algunos belenes vivientes y un tradicional mercado navideño con productos de artesanía, además de una pista de patinaje sobre hielo, que hacen las delicias de aquellos que acuden a visitarlo en estas fechas. En el estado alemán de Baviera, Rothenburg ob der Tauberes uno de los pueblos más bellos de Europa, también en Navidad. Recorrer su casco antiguo en esta época del año resulta mágico. Su mercado navideño es uno de los más encantadores de la región. En él se ofrecen rutas guiadas, conciertos de Navidad, la visita diaria de Santa Claus y unas fascinantes visitas nocturnas con las que descubrir el esplendor del pueblo bajo el alumbrado navideño. En la hermosa región de Alsacia, a siete kilómetros de Colmar, el pueblo de Eguisheim destaca con sus casas típicas, sus balconadas de madera, sus iglesias y sus calles empedradas, distribuidas en círculos alrededor de su castillo. En cualquier momento del año es precioso, pero en época navideña te hace sentir en un cuento. El Mercado de Navidad, donde puedes comprar el típico vino caliente para seguir con el paseo, los adornos en las fuentes y en las fachadas y balcones de las casas, le dan un aspecto realmente encantador, perfecto para una escapada o para recorrer una ruta descubriendo los pueblos de Alsacia. A 25 kilómetros del lago de Lucerna, en el centro de Suiza, se localiza Engelberg, un pequeño pueblo en un hermoso valle a 1000 metros de altitud sobre el nivel del mar entre majestuosas montañas: el monte Tiflis a 3.239 metros de altitud y el monte Hahnen a 2.600 metros. Aquí está una de las mejores estaciones de esquí del país, aunque también es destino predilecto de amantes de la montaña, escaladores y aficionados a la BTT. Un monasterio benedictino, casas del tiempo de la Belle Epoque y hermosas plazas, Engelberg está especialmente bonito en Navidad, con su iluminación y Mercado de Adviento. Y no olvides que las pistas de esquí abren el viernes por la noche, para los más atrevidos que quieran disfrutar de descensos nocturnos. En la siempre fascinante Selva Negra, en Alemania, se encuentra el pueblo de Schiltach. Las casas entramadas, de entre los siglos XVI y XIX, reflejo de la arquitectura tradicional de la región, ubicadas muchas de ellas a orillas de los canales de los ríos Kinzig y Schiltach le dan un aspecto único. Un lugar mágico donde visitar su Mercado de Navidad y fotografiarse junto al gran árbol navideño. Riquewihr, uno de los pueblos de Alsacia que, como Eguisheim, forma parte de la Ruta del Vino, es otro de esos destinos medievales de casas de colores y entramados de madera que enamoran a todo viajero. Y si lo descubres en Navidad, todavía te fascinará más. Aquí, enfrente de la Torre Dolder, se encuentra una tienda muy especial: Käthe Wohlfahrt. Este local especializado en decoración navideña es un hervidero de gente en estas fechas que buscan el objeto más hermoso para adornar su hogar en Navidad. Está abierta durante todo el año y cuenta con delegaciones en distintas ciudades de Europa. Una de ellas está en la Carrer dels Banys Nous en Barcelona (Cataluña). Gstaad es otra de esas localidades en que te sentirás en una película. Localizado en Suiza, este bonito pueblo de montaña es uno de los destinos más exclusivos del país, con boutiques y hoteles de lujo, estaciones de esquí y snowparks. Aquí las Navidades se viven por todo lo alto. Podrás largos paseos en trineo, recorrer su Mercado de Adviento, asistir a conciertos de música clásica, bebes el típico ponche navideño y ver a Santa Claus que baja al mismo pueblo para conocer a todos los niños. No solo en Europa encontramos los pueblos más bonitos en Navidad. En Estados Unidos se localiza Leavenworth (Washington), un sitio de postal donde vivir unas Navidades blancas. Durante estas fechas, el pueblo se ilumina con más de medio millón de luces y suenan los villancicos por sus calles. Se ensalza así la belleza de sus edificios de estilo bávaro, y no puede faltar el Mercado de Navidad donde degustar el vino caliente. Además, es posible esquiar, dar paseos en carruaje de caballos y realizar excursiones en trineo por la zona. Un destino estadounidense muy especial.